Un momento

Hoy camine, la hierba mojada bajo mis pies, cerre los ojos y deje que la brisa de la noche se paseara a mi alrrededor sientiendo su frio abrazo en mi cuerpo. Abri mis odios y deje que los sonidos de la noche entraran en mi cerebro, el chirriar del grillo, el ladrar del perro, el danzar de las hojas en los arboles, el murmullo del agua corriendo a mi lado, mis pisadas sobre el cesped, el crujir de la hierba, el lamento del viento, todo.

Respire profundo y deje que el frio de la noche entrara en mis pulmones haciendo que pequenias descargas electricas recorrieran mi cuerpo, de pies a cabeza.

Vaciar mi cerebro, no pensar, solo la noche y yo y ese lugar de magia donde las hadas juegan de noche y por la madrugada comparten su nectar con los duendes.

Las magnolias y los jacintos con su aroma, la humedad de la brisa en mi boca, la despedida de la luna mientras los sauces lloran por ella. Y a lo lejos, casi tocando el cielo, infinita, constante la montania; imponente, poderosa, solo mira y calla.

Y vuelvo en mi, soy pequenia, diminuta, tanta belleza no puede superar los labios mas rojos, los ojos mas profundos ni la piel mas clara. Vuelvo en mi y me doy cuenta que al final solo formo parte de algo mas grande, que solo soy un granito de trigo en un granero.

Vuelvo en mi, abrir los ojos y ver, contemplar y admirar la belleza arriba de mi cabeza, las estrellas estampadas en el firmamento, claras y brillantes al principio y que al paso de las horas se van marchitando.

Caigo al suelo, y puedo percibir su aroma, tierra mojada de rocio, pasar mis manos por el cesped, tocar una flor.

La mente vacia, aqui no caben pensamientos amargos ni vanos, volver a ese lugar cada noche, cada ves que lo imagino. Mi lugar que no se si volvere a pisar